martes, 31 de marzo de 2009

Mente de un Adicto



La noche se volvió fría a pesar del soplo de aire caliente que azota con tempestad, todos con la mirada en el cielo y convertidos en piedra, con ese olor atractivo pero repugnante de la marihuana, que por ahora, ya no surte efecto. Alguno cuida que no venga algún gendarme mientras calentamos un poco de heroína y nos presionamos el brazo para marcar la vena, con la jeringa lista y cargada con el estupefaciente, nos ayudamos para insertar un buena cantidad en nuestro ser...

Que es nadar entre las mareas fulgurantes hechas de plasma tibio acompañado de una soledad perfecta de olor relajante con aves de rapiña y quimeras imaginarias con una lluvia de lágrimas de Cristo, dentro del ojo de Buda, ser uno mas con el NIRVANA, morir lentamente pero tener un viaje eterno, conocer el secreto de la vida y despertar para olvidarlo, tener la felicidad completa mientras se vomita sangre, tener la sensacion de mil caricias en todo tu ser, mas alla de un cuerpo, soportando una convulcion, descubrir el amor total a ti mismo y odiarte por existir dentro de la realidad, esa realidad asquerosa de sufrimiento, ¡por eso escapo de ella!
...
Soy un drogadicto. . . Pero si la existencia mundana me dejara disfrutar los mismos gozos que en mis cortos sueños de felicidad casi eterna, no necesitaría ni un gramo de Soma para mi euforia.

No hay, ni hubo y mucho menos habra un mundo perfecto, hasta en mi mente hay horrores, pero en ella, esos horrores me gustan, no hay un cielo y tampoco un pecado por disfrutar de mis alucinaciones, ya que alfin que es una vida sin iluciones y fantasias, la diferencia entre nosotros, es que yo las siento y tu las dejas en tu cerebro.